Dimensión

Escrito por el 18 febrero, 2012 § 0 comments

Lo cuenta aquí maravillosamente la editora de moda del Guardian: los mejores vestuarios de película no son siempre los obvios (históricos, ciencia ficción, …) sino aquellos que consiguen que un personaje cotidiano, sea creíble y tenga dimensión al mismo tiempo,  Pone el ejemplo de Kramer contra Kramer.
Es verdad, no todo va a ser Edith Head. Qué gran trabajo hacer que tu trabajo no se note, insertado dentro de una obra mayor y reconocido por pocos.

Me avergüenza enterarme hoy de hace casi un mes murió Eiko Ishioka. Llego tarde para hacer cualquier semblanza de esta mujer. Su carrera es interesantísima, sus logros apabullantes (hacer sufrir a Jennifer Lopez no es el menor de ellos).

Esta japonesa fue sobre todo diseñadora de vestuario. Su trabajo no era discreto, todo lo contrario, a veces estaba por encima de las películas que lo mostraban (lo siento,  Tarsem). Su enorme cultura visual y su brutal imaginación le permitían crear mitologías inexistentes, recrear mundos excesivos e inquietantes,  tramados de oscuro erotismo pero también de humor (Varekai, el musical de Spider-man)

Sólo un ejemplo de su talento: Coppola le encargó vestir  su Dracula con estas palabras : «el vestuario va a ser el decorado». Eiko llegó mucho más allá. Cualquier amante del cine del terror sabe que el espanto reside a veces en un detalle. En los encajes del vestido nupcial de Lucy y en las armaduras como músculos expuestos están contenidos los dos polos de la narración: la pureza y la sangre. Veo esas nervaduras escarlatas y recuerdo el miedo que me produjo la película. Habría que buscar en el Arte con mayúsculas para encontrar ejemplos parecidos de condensación y evocación.

 

 

 

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