En una ciudad como Amsterdam donde las carnicerías «de toda la vida» son una rareza y los productos más insospechados ostentan la etiqueta biologish, las tiendas de alimentación orgánica no son ninguna novedad. Aún así, impresiona la nueva Marqt con su gran superficie y aspecto industrial en bruto. La variedad de pescados y carnes frescas es apabullante incluso comparada con sus versiones no orgánicas y splo los vegetarianos estrictos echarán de menos más productos de sustitución entre sus muchas estanterías.
Pero lo más sorprendente aguarda a la salida. Con su cesta llena el visitante extranjero se encontrará con una mueca desdeñosa al sacar sus euros: no se admite dinero metálico. Las tarjetas son más rápidas y seguras, explican las cajeras. En realidad, prescindir del dinero físico les ahorra grandes costes en contabilidad y logística. Parece que varias tiendas en Holanda aplican ya esta forma restringida de pago con gran éxito.
Monedas y billetes parecen abocados a desaparecer en este país donde la economía sumergida es prácticamente inexistente. Y es que, en cuestión de dinero, plástico significa control. Un hábito difícil de trasladar a España donde el dinero negro forma parte de la economía doméstica hasta tal punto que en algunas grandes superficies parecen entrenados con técnicas de yoga para apenas pestañear cuando ven un billete de 500.
jejeje, me encanta.. a mi verme con dinero es lo raro (si, el otro dia protagonizaste un acontecimiento al verme sacar 20 Euros de la cartera!! que a conciencia es pequeña, para que quepan pocos papelotes y con muchos bolsillitos para la visa, la mastercard, la pin, la de klm, la del seguro de salud, la de Ikea Family, … ), asi que si nos movemos al plástico, me apunto!!